Uno debe recordar que la felicidad no está en el contexto que nos rodea, en esas personas que son ajenas a nuestro interior.
La verdadera alegría sale desde adentro de lo más profundo de nuestro ser, no es tener, no es parecer.
Es dar gracias por cada mañana por dura que sea, la felicidad de existir, de no morir en nuestro intento por perdonarnos a nosotros mismos y darle espacio a los sueños aunque nos los hayan roto.
Es saber reír.
La verdadera alegría sale desde adentro de lo más profundo de nuestro ser, no es tener, no es parecer.
Es dar gracias por cada mañana por dura que sea, la felicidad de existir, de no morir en nuestro intento por perdonarnos a nosotros mismos y darle espacio a los sueños aunque nos los hayan roto.
Es saber reír.
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